Malvinazo

Abril, el Mes del Libro. En este período se homenajean a escritores como Inca Garcilaso de la Vega, se fomenta la lectura regalando ejemplares, se promueve la alfabetización en varias lenguas, también se celebra la literatura infantil y juvenil, y además está el día del idioma. Por esta sencilla razón tuvimos la difícil misión de llevar un granito de cultura y entretenimiento a un lugar poco acostumbrado a los libros. La alameda "Las Malvinas". Aquí antes había un gran mercado de productos "de segunda mano". En su lugar ahora hay areas verdes y recreativas, aunque sigue rodeado por comercios de telefonía celular y herramientas industriales. Nos cedieron dos días este bonito parque. Cuando llegué había dos filas de stands esperando ser ocupadas. Llegó el equipo de sonido para el concierto de rock, pero no llegaban los editores. Fue un evento para los independientes y no fueron todos. Una pena. Es cierto que la gente de acá no sabía lo que es un "fanzine", los padres les decían a sus hijos "¿te  gusta este cuento?" refiriéndose a las historietas. Pero creo que era deber de los autores llamar la atención del público. Se que a muchos no les gusta hablar. Conozco a unos que se sientan a dibujar y no vuelven a alzar la vista hasta que "los interrumpen". No hay que ser elitistas. Aunque no lo crean con nuestras creaciones, combatimos la pobreza (cultural).

Bueno, me pasé de la raya en el párrafo de arriba, pero como dijo el sabio filósofo metafísico Melcochita: no lo lean. Y ya pasando a un aspecto mas ameno, yo llevé un cuaderno con avances de PURURAUCA 3, y también  por la compra de cualquiera de mis historietas estaba regalando una tira cómica para adultos, jajaja! Una señora me preguntó como dar con nosotros, le dije me busca en internet por mi seudónimo, y al darle la tira cómica emitió un "oh!" sonriente, asustada, la puso en su pecho para que nadie la vea, y huyó con ella, acalorada, por la alameda. Después llegó un chiquito que revisaba todo. Un zambito de unos diez años. Estaba viendo mi cuaderno de stikers y otro chiquito un provincianito gordito, mas alto, se situó atrás de él. El zambito preguntó por el stiker dónde sale mi lápida: "¿acá quien se murió?". El gordito leyó mi nombre que estaba con letra pequeñísima en un costado: "Martin o sea yo" y el zambito enojado e intrigado volteó lentamente a mirarlo. jajaja! Yo me maté de risa. Hubieron momentos muy divertidos los dos días. Este mes es muy especial.