Aquella mañana Abril llegó a su estudio tranquila. Tenía algunas historietas por terminar. El alboroto de sus personajes no la inmutaba. Hasta que le dijeron “te ayudamos”. Dio un suspiro de alivio y dejó todo en manos de Tita y Lalalú. Ella no sabía que sus personajes hacían historietas en su tiempo libre. Resultó divertido ver que se entendían muy bien. Satisfechas, hicieron un brindis y en amena charla acordaron en adelante trabajar con ese sistema. Empezaron un nuevo proyecto donde Abril narraría sus experiencias. Para el diseño del nuevo personaje la convencieron de posar desnuda. Y así, mientras se narraba la historieta, Lalalú dibujaba las viñetas y las entintaba. De tanto en tanto le pedían cambiar de posición según lo requería la narración. Tita escribía los diálogos y al final coloreó la ilustración de la tapa. Titularon la obra “Abril al desnudo”. La novela gráfica fue un éxito de ventas. Todos los chismosos la compraron. Tita y Lalalú decidieron constituir su empresa y la llamaron Las historietas de Tita y Lalalú S.A. Solo había que repetir la fórmula del éxito y Abril acostumbrarse a estar desnuda todo el día. Pero la codicia surgió en los corazones de sus personajes. La charla se convirtió en un interrogatorio obligándola a contar todo. Cuando Abril se dio cuenta que era una esclava ya era muy tarde. La amarraron y amordazaron. Y solo le quitaban el bozal para que contara su vida. A veces la obligaban a recordar eventos muy tristes que le daban convulsiones de tanto llorar. Cuando terminaron el segundo libro Abril se sentía vacía, ya nada le importaba. Solo se quedaba en el suelo esperando la muerte. En la tercera parte era necesario castigarla para que hable. A sus amas no les importó la extraña enfermedad que desarrolló. Su organismo perdió la melanina y se volvió blanca como el papel. De pronto en su depresión estalló una idea para escapar. Sus personajes no se percataron cuando les pidió teñirse el cabello, usar lentillas y ponerse labial, todo de color negro. Cuando la dejaban sola, entraba en la Internet a buscar información sobre “El hombre menguante”. Estudió los componentes de la nube toxica y logró reproducirla, y asimilar todo lo que pudo. Así consiguió volverse pequeñita. Y así, ágil, subió a la ventana y saltó libre como un pajarito hasta caer en las páginas de un cómic en b/n, que un estudiante iba leyendo. Éste la confundió con un dibujo más. Desde entonces vive como una fugitiva en historietas alternativas.
La Tinta Studio contiene ilustraciones, bocetos, tiras cómicas de Lalalú, historietas cortas de Tita, reseñas de sus comics favoritos, así como videos musicales y una buena oportunidad para obtener una semblanza de la artista que trabaja en El Amazonas comics. Es además un blog feminista muy interesante. Y proximamente a la venta la publicación El Amazonas comics, donde yo tambien he colaborado. ^^